lunes, 28 de diciembre de 2009

La sirena del matadero.

Y todo se fue.


Suena la sirena , los pájaros que quedaban adormecidos en el rio escapan, se sobresaltan los que cruzan el puente mientras, una parte de nosotros, algo de ese niño que todos hemos sido, huye, desvaneciéndose entre la niebla de la isla…

Mi madre nos cuenta siempre que de la guerra… recuerda las bombas, el horrible estruendo que a algunos dejaba marcado de por vida .O nos decia ese muchachito, fulanito, está así desde la guerra. Nos contaba cómo se refugiaban bajo las escaleras de acceso a la terraza, ya que estas – no se porqué- eran mas resistentes a los bombardeos. Es cierto que en las fotografías tras un ataque se ven las escaleras de muchas casas en pie. Y aunque contaba con solo unos añitos siempre recuerda esos momentos, y algo indescriptible, el miedo, el terror, el silbido de una bomba que está cayendo sobre ti. La guerra tiñe todo de una crueldad irracional que hace que los seres humanos nos quedemos mudos de espanto. Recuerda los presos de la cárcel en Santo Domingo, los camiones, tiene grabados las voces que venían de dentro, cuando salía de su casa en la calle Graciano, los camiones que salían, las colas, la mirada de las gentes y esa sensación de desamparo que rezumaban los soldados, los presos, los que habían perdido a sus hijos, los de cada bando, las venganzas.
Durante años muchos emeritenses se sobresaltan con las sirenas del matadero, yo la recuerdo y la verdad es que daba miedo escucharla como inundaba el rio hasta que por fin paraba, salían los trabajadores, eran tardes grises, húmedas con sabor a monotonía y falta de esperanza, el tiempo que tardaba la sirena en callar era eterno, daba tiempo a pensar en muchas cosas, el tren atraviesa el puente de hierro , silbando, cruje, da un miedo horrible, alguien llora en la casa de un vecino, olor a los abrigos viejos, sigue sonando la sirena, es eterna, en casa de los vecinos alguien gritaba, me dijeron que era un loco, la sirena seguía gritándome, agustinito el amigo de mi hermano había muerto en la isla de un disparo, en el matadero cada uno coje su paraguas, la sirena grita y grita , deberes de lengua, olor a libreta rayada, babys con gomas y tardes de marzo con sarampión…la sirena lentamente se para y en la tele me recoje entre sus brazos Valentina y el Capitán Tan, vuelvo a quedarme tranquilo, mi madre nos pregunta qué queremos cenar…


* * *


Transcribo un articulo que me pareció interesante de Europa Press :

Huérfana de guerra setenta años después.



Una extremeña septuagenaria logra una pensión de orfandad por la muerte de su padre en el bombardeo de mérida el 23 de diciembre de 1936
Europa Press Madrid




María Gutiérrez tiene 77 años. El recuerdo de su padre es el de una niña que aún no había cumplido los nueve, un recuerdo de un día antes de la Navidad de 1936, aún en el inicio de la Guerra Civil. José Gutiérrez salió de casa ese día a comprar, María no recuerda qué, cuando en plena Rambla de Mérida fue sorprendido por un ataque de la aviación franquista. «No recuerdo muy bien, entonces yo era muy pequeña», relata María; huérfana de guerra casi desde siempre pero reconocida como tal ahora, casi setenta años después.Su empeño, o más bien el de su hijo Félix, han logrado que, por fin, el Gobierno español le conceda una pensión de orfandad. María recibirá así del Ministerio de Economía y Hacienda 56,86 euros mensuales en 14 pagas anuales, aunque como ella misma dice, no sin un tono irónico, que «no podré disfrutar por muchos años». Su hijo apunta que «lo importante es el reconocimiento» de lo que María, su madre y su hermano mayor conocieron ya entonces: José Gutiérrez, el cabeza de familia fue herido de gravedad por las bombas y, aunque trasladado al Hospital, no consiguieron salvar su vida. El 9 de enero de 1937 falleció. Ahora, su hija sólo consigue recordar que la familia tuvo que dejar Mérida y desplazarse a una localidad cercana para evitar el peligro.De hecho, esa parte de la historia familiar permaneció así, familiar, hasta que en 1985, María se decidió a solicitar una pensión de orfandad por la muerte de su padre. Lo hizo en virtud de la ley 5/1979, que concedía ayudas a las personas que hubieran perdido algún familiar durante la Guerra Civil. No obstante, no terminó el proceso de petición por varios motivos, por lo que dejó aparcado el asunto hasta el pasado año.Los trámites de FélixFue su hijo Félix Gutiérrez el que se encargó de toda la tramitación de la solicitud de pensión. Retomó los trámites y consiguió toda la documentación precisa, aunque necesitaba un testimonio de algún testigo que presenciara la muerte de su abuelo, «algo casi imposible, porque todas las personas de esa edad habían fallecido». Sin embargo, la suerte le sonrió y consiguió el certificado de defunción de su abuelo en el Registro Civil, donde se explicaba con claridad cuál fue la causa de la muerte: las graves heridas recibidas durante el bombardeo.El pasado junio envió la documentación necesaria para solicitar la pensión. «El Ministerio no nos ha puesto ningún problema, pero hemos tenido que enviar muchos documentos», resalta Félix, quien finalmente recibió la notificación del Ministerio de Economía y Hacienda en la que informaban de la concesión de la pensión de orfandad a María. A los 77 años.






La Estirpe de la Casa González. Su origen, historia y hechos.

Este apellido es patronímico y se deriva del nombre propio Gonzalo, muy común durante toda la Edad Media. Este tipo de apellidos tiene la característica que los diversos linajes que lo ostentan no tienen la menor relación entre sí, ya que con mucha frecuencia fue unido a otro que lo completó y que por regla general correspondía a las villas, castillos, territorios, etc. que conquistaba el caudillado apellidado tan sólo González.
Pero si nos ceñimos al González primitivo, como punto de origen y tronco común de las distintas ramas y familias, venimos a encontrarnos con que tampoco todos los tratadistas se encuentran de acuerdo en este punto. Para unos, los primitivos solares se encontraban en la Montaña de León, para otros, en Asturias y aún quedan los que sostienen que González proviene de Jaca, en la provincia de Huesca.
Existe quien afirma que González proviene del conde Fernando Negro que estuvo emparentado con Carlo Magno. Este Fernando Negro parece ser que fue Señor de la casa solar de González en el valle de Jivaja, en la Montaña de Santander, y que acompañó a don Pelayo en los primeros tiempos de la Reconquista, ya que se trató de uno de los nobles juramentados en Covadonga, en cuya posterior batalla fue uno de sus héroes más destacados.
Pero si la Heráldica ayuda a comprender y aún a aclarar muchos episodios de la historia, no estará de más hacer algunas consideraciones sobre dicha batalla. Se afirma que esta batalla fue la primera victoria cristiana en la Reconquista de la Península Ibérica, en el año 722 pero es que se da la circunstancia que su alcance histórico ha sido ampliamente debatido.
En ninguna de las crónicas musulmanas de la época esta batalla de Covadonga aparece para nada. Es como si no hubiera existido.

Durante mucho tiempo, tampoco entre los cristianos refugiados en las montañas asturianas se cita dicha batalla. Claro que tampoco es mucho lo que se habla de don Pelayo y sus seguidores. Es como si se tratará de un símbolo, pero sin más importancia.
Tiene que llegar el tiempo de Alfonso III de León (866-910) cuando se redactan unas crónicas llamadas "Albedelse" y la de Alfonso III propiamente dicha, para que en base a las mismas los cronistas pretendan establecer una continuidad entre la monarquía visigoda y el reino de Asturias aquí, precisamente aquí, donde por primera vez, aparezca la leyenda de la batalla de Covadonga. Por cierto que estas dos crónicas, semejan una novela decaballería: Se cuenta en ellas el rapto de la hermana de don Pelayo por los musulmanes, el refugio de éste en las montañas, sus arengas a los astures y por fin el encuentro en la cueva de Santa María (Cova Dominica). Antes de entrar en batalla, las huestes musulmanas que sumaban nada menos que 200.000 hombres, según la crónica de Alfonso III, el caudillo musulmán entra en negociaciones con don Pelayo para que se rinda y como este se niega, se entablael combate.
¿Con cuántos hombres contaba don Pelayo para oponerse a los 200.000 musulmanes?. Pero es que, según la crónica citada, lo que vino a resultar es que durante la batalla de Covadonga, las flechas disparadas por los arqueros moros se volvían contra ellos mismos, causándoles espantosa mortandad. Esto, naturalmente, suena a leyenda y es lo que ha provocado interpretaciones histórico gráficas muy diversas. En el siglo XVIII, no fueron pocos los que llegaron a dudar de la autencidad de esta batalla, y se llegó amás, porque la duda se extendió hasta la existencia de don Pelayo. Para aclarar el galimatías, terció la crítica histórica del profesor Sánchez Albornoz que dejó reducido este episodio a sus justos términos. Debió tratarse de una emboscada tendida por los cristianos alos musulmanes y nada más. Una simple escaramuza entre dos grupos relativamente poco numerosos.
Pero lo que sí está perfectamente claro es que en la batalla, escaramuza, o como se quiera llamarle, intervino el caballero citado anteriormente, don Fernando Negro, al que ya se le conocía como el Señor de la Casa Solar de González y que sus hazañas debieron ser altas cuando mereció ser citado en las crónicas posteriores a la citada batalla.
Que los González formaron un linaje muy digno de tener en cuenta no sólo por su nobleza sino por las hazañas de muchos de sus miembros, bastarán citar unos pocos ejemplos: Don Gil González Dávila, descubridor del Lago de Nicaragua y virtual fundador de este país, al desembarcar en las tierras del cacique Nicarao, lo que dió el nombre a aquellas tierras: Nicaragua. En un principio fue Contador en Santo Domingo, pero en el año 1511 emprendió juntamente con Pedro Niño una expedición para explorar el Mar del Sur.
Después de la aventura nicaraguense, en 524 inició otra expedición por las costas de la actual Honduras, pero en esta ocasión chocó contra los intereses de Pedrarias Dávila y de Hernán Cortes. Aunque en un principio llegó a un acuerdo con Olid, el enviado de Hernán Cortes, posteriormente fue detenido y conducido a Méjico, puesto en libetad regresó a España donde murió, resolviendo de esta forma lamentable para él, el pleito que mantenía con el conquistador de Nueva España.
No puede olvidarse tampoco a don Pedro González de Mendoza, noble castellano que permaneció fiel al rey don Pedro, llamado por unos "el Cruel" y por otros"el Justiciero", hasta que el año 1366 se pasó al bando de don Enrique de Trastamara. Fue hecho prisionero por los soldados del rey don Pedro, el cual atendiendo a las súplicas del Príncipe Negro, lo dejó en libertad. A partir de aquel momento se convirtió en hombre de confianza de don Enrique de Trastamara y cuando éste triunfó, mediante la muerte a sus manos de don Pedro, recibió cuantiosas mercedes. En el año 1385 entró con las tropas castellanas que invadieron Portugal y murió en la batalla de Aljubarrota.
En lo que se refiere a otro González cuyo nombre se encuentra escrito en la historia destacadamente, don Pedro González de Mendoza, fue el quinto hijo de Iñigo González de Mendoza, Marqués de Santillana. Fue Obispo de Calahorra, de Sigüenza, y Arzobispo de Sevilla. Consejero del rey Enrique IV. Convertido en defensor de la princesa Isabel, cuando ésta alcanzó el trono de Castilla junto con su esposo el rey Fernando (Los Reyes Católicos) tuvo un gran ascendiente sobre ambos monarcas. En materia religiosa siempre se mostró partidario de los derechos de la Corona sobre los de la Iglesia y fue contrario a la política de dureza de Torquemada y la Santa Inquisición.
El apellido González pasó rápidamente al Nuevo Mundo y son varias las naciones americanas donde se encuentra muy extendido: Así, en Méjico donde hay que contar entre los González políticos y militares de gran altura, como Enrique González, el gran poeta mejicano, Emiliano Navero, destacado político uruguayo, Manuel González Prada, escritor peruano, Ignacio González, militar salvadoreño, Ramón González, militar y político colombiano, etc.
Muchos linajes de los González probaron la nobleza de su apellido numerosas veces, para ingresar el las Ordenes Militares, en las Reales Chancillerías de Valladolid y Granada y en la Real Audiencia de Oviedo.



Nota: Este es un texto que he encontrado por la red sobre el apellido González y que me parecía interesante con el permiso de su autor/autores volver a editar en este humilde blog.

miércoles, 3 de junio de 2009

De cómo ayudé a un amigo a subir su último peldaño hasta el cielo.

Hoy tras leer un correo, de estos de cadenas para enviarse unos a otros, he recordado con bastante alegría que tengo un amigo en el cielo. Para ser sincero me había olvidado totalmente de él. Ha sido al leer este correo cuando me he acordado, y no he sentido tristeza, al contrario me ha dejado un sabor alegre. Son de estas cosas de las que casi nadie estamos preparados para hacer, y menos yo que no me considero lo suficientemente preparado para situaciones que podríamos llamar “duras”. Pues no, cuando llega el momento creo que todos nos echamos para adelante, al menos así creo que lo hice yo.

Os cuento, una tarde cualquiera, creo que era primavera o ya verano. Me desplazaba en el coche por una barriada de Mérida, una zona cercana al milenario puente romano. Iba despacito, de pronto observé que un perro venia en dirección contraria por el centro de la calle. Era un pekinés precioso, ya algo mayor, esa fue mi sensación, grandón. Su cara chata, el pelo dorado rojizo, no recuerdo si llevaba collar, no definitivamente no, aunque con toda seguridad era un perro que debía haber tenido dueño.

Cuando me fui acercando me di cuenta que ese perro venia mal, iba como mareado, con la mirada perdida, por el centro, no le asustaba el coche. Yo le pité, me hice a un lado con el coche y continué la marcha.

Pero no podía ser, paré, y marcha atrás me volví a poner a su altura , esta ve z me miró, se quedó parado jadeando, sin duda había sido atropellado, el perro como se suele decir estaba reventado. Se alejó despacio mientras yo lo miraba, subió a la acera y después muy despacito y con mucha dificultad se fue hacia una zona de escombros. Creo que lo único que buscaba era un rincón donde morir. Habría sido atropellado muy cerca de allí, en plena calle, un perro precioso, ahora estaba yo solo subido en el coche mirándolo. No había nadie, lo típico alguien con el que puedas compartir esos momentos de angustia, hacerte un poco cómplice ante este tipo de desgracias, bueno alguien con el que justificarte con un seria bueno que lo recogieran los municipales, a estos perros lo mejor es dejarlos tranquilos. Yo tenia el corazón dado la vuelta.

Me fui.

Llegué de nuevo al cruce, a unos 300 metros. Paré, y -nunca sabré porqué- di la vuelta. Lo busqué y de nuevo me puse a su lado. Me bajé del coche, lo acaricié y le dije ; tú no te mueres aquí.
No tenia ni idea de cómo actuar ya que tenia un nudo en la garganta horrible. Yo me mareo cuando me sacan sangre, y allí estaba en mitad de la calle con un perro reventado ya que el pobre sangraba – bueno me ahorro detalles -. Solo sabia que estaba resuelto a llevármelo.
Pero cómo subo un perro en estas circunstancias al coche ¿ Si no habría por donde cojerlo ! Además al cojerlo como le dolerá me dará un muerdo seguro, me daba igual. Hice varios intentos agarrándolo de tal forma que no le hiciera daño, pero no lo conseguí. Se lo hacía.

Ya no sabia que inventar, así que opté por lo más sencillo con un perro que con toda seguridad había tenido dueño, habría vivido en un piso y casi con toda seguridad habría viajado más de una vez en un coche. Así fue le abrí la puerta trasera y llamándole con un nombre inventado (no recuerdo cual le puse pero os juro que en esos momentos tan duros también para mi le puse un nombre) se subió como huyendo de aquel maldito lugar, huyendo de la muerte. Yo recuerdo que cuando entró yo dije con rabia, ¡vámonos de aquí!

Y nos fuimos. Pero dónde ?, a casa donde podria llevarlo, si era posible que hasta se muriera en el coche. Cuando yo aparecí por casa con aquella papeleta no os quiero ni contar cómo me miró mi santa, que increiblemente fue de lo más comprensiva conmigo.

El perro , que estaba a agonizando cuando lo recogí, parece que cobró fuerzas al verse acompañado ya en el coche.Se atrevía a caminar con mucha, mucha dificultad. Me miraba y os prometo que me daba las gracias, hasta parecia sonreir.

Subíó conmigo las escaleras muy despacio. Lo primero que hice fue acomodarlo en un cesto viejo que tenia con una cochoneta, le puse agua porque tenia que estar deshidratado. Bebió, también le llevé todo tipo de cosas para comer que se me ocurre cuando uno está enfermo, no sabía si podría comer. Le puse jamón de york picado, leche, cosas asi. Las comía pero desgracidamente después las devolvía.

A todo esto yo ya había hecho una serie de visitas a centros veterinarios , primero por si se podían hacer cargo, para saber si alguien lo buscaba, para ver qué podría hacer en definitiva. Todos me miraban más que extrañados y bueno… me comentaban que el perro no duraría mucho, horas… que lo llevara a la perrera, que le pusieran una inyección…

Llamé a un familiar que es veterinario y él vino a verlo, por supuesto en muchas ocasiones me decía que más que valor tenía, - el perro ya lo habia instalado en la bohardilla, y por supuesto en su estado dejó todo lleno de deshechos, en fin un desastre-.

No os podéis ni imaginar qué alivio sentí cuando dejé el tema en manos de José Miguel ( el veterinario), ya por lo menos sabía que cada paso que diéramos sería acertado, ya que yo no tenía mucha idea cómo actuar, quizá habia hecho mal ofreciéndole comer, no sé…

El caso es que él lo reconoció y todo pìntaba bastante mal, lo uúnico que podíamos hacer éra medicarlo, hiodratarlo con inyecciones de suero, no sé un monton de cosas que ya no recuerdo con exactitud.

Para mi inmensa alegría el perro tuvo un leve mejoría, no paraba de moverme el rabo, me hacía “algo” de fiesta. Incluso destrozó las espumas mordiéndolas, quiero creer yo quye era jugando.
Pero no comia ya que no podía. José Miguel me aventuraba que era muy dificil que saliera adelante. Yo sin embargo en una de sus vistas le comenté, lo acabo de dejar arriba, moviendo el rabo, yo lo he visto contento. Anda sube tú. Y subió. Bajó y me dijo, tu amigo ya no nos necesita.
Hemos hecho lo que se ha podido y él ya ha descansado. Me pidió unas bolsas de basura y él se encargó de todo, ya que yo estaba afectado.

Así terminó todo, de nuevo hice una ronda por algunos veterinarios por si alguien lo había perdido, aunque siempre tuve la sospecha de que mi amigo ya llevaba mucho tiempo solo, quizás abandonado por una familia que lo compró para que sus niños jugaran con él, y que una vez ya fue mayor lo dejarron en la calle donde un dia u otro aparecería en una cuneta, así lo encontré yo.

Por lo menos me quedó el consuelo de que no murió solo, como tantos y tantos perros, que en su último momento tuvo un lugar donde cerrar sus ojos pekineses y mirar al mar ya si dolor y en calma.

Yo nunca me arrepentiré de haber dado la vuelta en el cruce, aunque ya no me acordaba, fue hace algunos años, espero que tú hagas lo mismo, seguro que él algún dia en algún sitio me devolverá el favor, además me queda el consuelo de tener un amigo pelirrojo y chato en el cielo.

lunes, 2 de marzo de 2009

Cadi, 27 de Febrero...

Cádiz, siudad más antigua de Occidente,


27 Mes … Febrero….Año 2009




En un día amenazando lluvia,tras miles de imprevistos y como el que no quiere la cosa llegamos a Cadi, ciudad antigua como ya dije.

La mar no andaba en calma, pero el frescor marinero de la playa y el arrullo, más bien leve bramar de las olas nos despertó definitivamente y nos hizo olvidar el duro campeonato de Evaristo Nodá y transportarnos a la cuna de la agotadora fantasía, a la meca de los pantalones (los primeros que entalles) al sancta sanctorun de todo tenista, decorador o ansiaviva que se preste, al oráculo de las patatas asadas, algunas más fuertes que otras, al altar inhibicionista y éxtasis de jubilo amoroso de la pasión chirigotera, allí a donde puedes mear delante del párroco de tu pueblo sin el menor rubor, auque tú seas el jefe de los monitores de los catequistas, … es decir señores,… a Cadi.

Despertados por el frescor del atardecer en la mar, hotelados, duchados, paseados y más hados nos fuimos en la Línea 1 al Centro. Tras recorrer una avenida más larga que del Hiper de las sindicales a la Presa de Montijo, llegamos al centro. Qué bonito es Cadi, que calles, que gentío, que donaire, qué olorcillo marinero, Alberti , Quiñones, La Pepa, Pemán ….!Yo quiero comer algo- interrumpió mi mujer mis reflexiones. De acuerdo cariño, ten encuenta que yo no conozco del todo bien la siudad de Cadi, siudad milenaria donde las haya, y ten por tanto por cuenta que debes ser comprensiva si no te llevo a los sitios como es debido. -Tu ya sabes que yo voy donde tú vayas, …por ahí?...

Mi gps interno me condujo con habilidad por esas calles atestadas de gente, y qué gente, en Cadi te puedes encontrar literalmente con todo, niños con la tita con la caja y el bombo disfrazados de pistoleros, sentarte en el autobús con una dragquenn con más pelos en las piernas que la espalda del Wili, un cura (que a lo mejor es cura de verdad y tampoco te atreves a hacerle ninguna broma).Y es que en Cadi se junta lo divino con lo humano.

Llegamos a la plaza de la catedral (lo divino) comenzamos con la comparsa ganadora de Antonio Martin "la madre que me parió" o algo así(no me gustó na la presentación-pasodobles genial-popurri lo de siempre) y nos encontramos con la chirigota “esto huele a ropero” (lo humano), gran cajonazo de este año y quienes reivindicando la igualdad (igualdad!igualdad! por delante que por detrás! Se referían a los accesos a Cadi) hacían referencia al ropero de cuatro puertas de estilo bizantino que tenían a la espalda del escenario, o susea a la fachada de la catedral. Disfrutamos de esta agrupación con pasmosa categoría tomando unos tubitos y unas tapitas desde el restaurante de enfrente, hecho este que contribuyó a mejorar el nivel de las actuaciones. Fue el caso de los “superabuelos” de los cuales aunque no escuchábamos las letras , al estar tomando unas tapitas riquísimas salimos muy convencidos y contentos con ellos por lo agusto que habíamos estado durante la actuación, que peazo chirigota, que agustitos estamos verdad cariño, qué bonito es Cadi, …otra vuertita. Amos allá, por aquí, por aquí, que de gente, vamos para la zona del Mentidero (donde diablos está el mentidero, pensé). Disimuladamente saqué mi peazo de mapa de la piruleta de Cadi – si señores es como una piruleta- y tracé mentalmente el itinerario) y con elegancia y dominio, le dije a mi mujer,- por aquí cariño, por aquí vamos bien , tu tranquila que esto yo.. en fin- Lo sé cariño, donde tú vayas voy yo, qué de gente, parece que empieza a haber más bulla,- es el cannavá Mari, que se nos muestra en todo su esplendor…

Anduvimos, anduvimos, coño cómo anduvimos, ya me salí de Cadi por la punta, y para hacerme el galante le dije a Mariangeles , cariño ven a ver el mar, y ella me dijo, pero dónde vas atontao si por ahí ya te sales,- no te pongas así que te quería enseñar el parque del Genovés y los ficus traídos de las indias…

Qué indias, vamos a cenar algún sitio. En Cadi no hay término medio, o te tienes que meter en “El Yantar cinco estrellas pour la minorie- que como todo está hasta la bola- o te tienes que meter en algo parecido a una mezcla de la Rufina con el Agonía que te trae efluvios del mora en sus buenos tiempos y del bar la oficina en los malos, vamos un chinche gaditano, y pa una vez que traes a la parienta como que…- pos yo quiero comer pescaito frito- que síiii cuchicuchi vamos para la Plaza de las flores. Tresmilmillones de personas querían en ese momento pescaito, así que por dos mas poco iba a importar. A final cenamos de categoría porque M.A. en una jugada de estrategia metió un codazo y retiró de la barra a otra pareja más atontada que nosotros y pudimos apropiarnos de 40 cm. de barra , una playa, que digo el mundo, para nosotros dos. Y le dije al camarero ¡sultán ¡que se sepa quién es Calleja. Pon ahí una bandejita con un par, tu que querías cariño cervecita dijiste…
Que bonito es Cadi. La ley de la supervivencia.

Paseamos por la calle Ancha y pudimos disfrutar con una charanga muy joven y para mi buenísima, los botones, un estilo a los Guatifó, pelín más guarrillo, pero la música en su estilo, genial, ya en el potpurrí nos sentimos cansinos y al “sol de lo tonto” nos salimos con dirección ya al autobús Línea 1, solo con eso y con lo tranquilitos que los vimos nos cundió el Viernes.

Regresamos temprano al hotel porque sabíamos que había que descansar, por la mañana, el Sábado llegaba la marabunta, gran parte de la agrupación dispuestos también a comer pescaito y caracoles en el Nebraska (…que nombre de bar más gaditano…es que todo en Cadi es tan evocador…).

Por la mañana llegaron Los Otros, y una vez deshecho el equipaje-algunos tardaron más en deshacerlo_ nos juntamos en la plaza del Playa Victoria, y pa empezar, directamente, sin miedo, tras el café vamonos al Nebraska a por unos caracoles con unos tubitos, de categoría señores, a las mujeres les pedimos cosas más católicas, atún encebollado, les dimos las aceitunas del aperitivo, en fin, vamonos que ya sale el primero a decir : señores que no hemos venido a Cadi a comé caracoles! Total porque llevemos aquí doshoras y media y ya estemos medio bolingas antes de haber atravesao Puerta Tierra cómo se ponen algunos…

Para mi sorpresa me hicieron tesorero de la expedición malaespina, eso es como poner al zorro al cuidao de las gallinas, a mi me podía pasar cualquier cosa perder el fajo –er tako-, irme sin pagar en un despiste (cosa que hice), pero con tal de no llevarlo ninguno se arriesgaron, se tranquilizaron en gran medida todos cuando vieron que apuntaba los gastos en el mapa de Cadi (el de la noche anterior) con un boli que me dejó Amelia, hasta guardaba la ristra de cuponero de los billetes del autobús hasta que ya empezaron a molestarme en el bolsillo y diles libertad en un contenedor de la Viña.

Qué bien hicieron en ponerme al frente de esta situación, los llevé gracias a mi mapa y sobre todo gracias a Zapa que es quien realmente sabe, por todo Cadi-Viña-Mentidero-Palillero -Flores , en fin todo, y sobretodo cumplí con creces mi misión cuando situé (por casualidad) a la agrupación en una barrita de categoría donde pudimos ver los coros tragándonos el gasoil de los tractores. Las mujeres quedaron encantadas con la cercanía de la posición ya que algunos tipos eran de mensajería y podían tener un contacto más cercano con los paquetes del remolque mientras se tomaban unas cañitas fresquitas aderezadas con tortillitas de camarones que pacientemente el tesorero (o sea yo) y una vez atornillado con un tornillo pasante a la barra- se había encargado de pedir (sin cabrearse ni nada). Incluso hubo diversas rondas, hecho este que todos agradecieron con suma galantería, y donde consolidé definitivamente mi prestigio como tesorero.





Dicho prestigio se mantuvo e incluso incrementóse cuando llegó la hora de comer y también por cuasulidad más que por intuición me topé con el bar apropiado para nuestro objetivo, y pudimos disfrutar de un bar de raciones donde al grito de “Pide tó, una de cada” deleitamos los oídos de los camareros, los cuales por la hora taurina ya tenían cierta cara de estreñimiento. Cuando se percataron de que éramos gentes de fiar y de pago corrió el vino (la cerveza) como es debido. Tuvimos imprevistos, caídas de bandeja adobo –no doy nombres- , acompañamiento femenino de las amigas de Amelia que presentáronse agradablemente y de sopetón- tampoco doy nombres- y acompañamiento de un ciego de nacimiento que arrimósenos y al que dimos amparo por largo trecho –tampoco doy nombre porque no sé cómo se llamaba el tío-.Aunque ahora que lo pienso M.Angeles y Loli hicieron buenas migas con él y le acompañaron en su ciego caminar por largo trecho de la calle a la salida de la bacanal gaditana. Con cierto pesar lo perdieron en el bullicio.
Regresamos al hotel “nos desnudamos” que es como se dice cambiarse en mi tierra y nos dispusimos de nuevo a la Linea 1.Otra ristra de cupones. Hoy!!




Nos fuimos directos a la velá de Paco Alba con las chicas del Mercadona, unos fueron a comprar la botellona –para mi, cerveza- y otros nos quedamos charlando con el sherif, el Andren y er Lulu, compañeros nuestros del carnaval, cuanta información nos intercambiamos. Lo único que me dolió es que el Braza le dio un trago a mi cerveza con lo de “está frequita” que me la dejó tiritando. Que bonito es er cannavá.










Hicimos la mili juntos en San Fernando.



Observa la cara de viciosa con la que me mira el Sheriff.



...y el Selu no digamos...


Fue así como nos sumergimos en el fulgor y revuelo gaditano a medida que perdíamos conciencia de la situación, realidad y demás parámetros para estar en vigilia. Nos deleitamos con todas la charangas y nos tragamos todos los popurrises y estribillos de cupplés ala consigna de éstos son buenísimos. Chacho vamos a tomar una cerveza….Estoy meandito…

El apartado del”meandito “me lo salto porque no trato de herir la sensibilidad del lector y quiero que se lleven el recuerdo de Cadi-ciudad más antigua de occidente- como la tacita de plata.

La noche se pierde entre aquelarres en las selvas amazónicas, y sueños con minotauros en la choza de un chamán de Borneo, o sea que no me acuerdo, que nos fuimos pa casa como pudimos …





* * *
La mañana siguiente un despertar marinero, resaquero y semilluvioso, pero después se quedó un día de lujo. Linea 1. Hoy¡¡
Vuelta al Palillero, coros y charangas, patatas asadas, Los enteraos magnificos, un pasodoble a los pasodobles serios memorables y por fin en mitad de una abrasiva patata al horno con salsa gaucha….se oye un leve trotar y un bombillo cuyo bumbumbum va acercándose, doblándo la esquina y con cierta prisa, los sombreros calados, guardando la mirada…..Mis Guatifó…

Vámonos mari…deja la patata…trae pacá sino.
Encaramados en un peligros escenario al que n accedimos no sin cierto peligro y del cual bajamos con más cierto peligro, disfrutamos de la G.I.A., charanga que por afinidad, edad y porque nos gusta, está más cercana a nuestros pareceres.
No darme más vino, no quiero más vicio, por favó un respeto, …que estoy de servicio.
Una vez finalizado el repertorio instaron a los presentes a que todo lo que se había cantado en esa pequeña reunión era confidencial, que no saliera de allí, y por eso no puedo reproducir más contenido del debido.



Fue memorable, ya nos podíamos marchar a gusto de Cadi y así hicimos, nos marchamos. Dejamos atrás unos dias de tornados pirotécnicos dirigidos por un zapatones con doble mérito ya que el hombre no está en su mejor momento. Nuestros dos recogidos (Marcos y Luis) seguro añorarán esos dias, qué tios más grandes ! Nos teníamos que marchar, no sin antes disfrutar de unos deliciosos bocadillos-con pan del dia (hecho este al que dio gran importancia Zapa) y así a golpe de bocado de carne mechada (es como un kebaq de esos pero a la gaditana) nos fuimos despidiendo de las calles de Cadi no sin cierta añoranza por haber pasado un fin de semana de carnaval maravilloso en Cadi, ciudad más antigua de Occidente donde las haya…






Sshhhhhh.....se trata de información confidencial

ansia viva...

miércoles, 25 de febrero de 2009

Decir Marara.

La Marara, Sábado de carnavales, al atardecer en el Hogar del Pensionista de la calle Calvario.
Wimbledon en Mérida, Roland Garrós (pronúnciese gua-rrós) tras el Albarregas, el Open de Australia por la calle Concordia, eso, hasta el infinito y mucho más, irrumpe con fuerza ante los ojos atónitos de cientos de mayores cuando ven aparecer a la familia Marara; porque esto ni es chirigota ni es murga ni es ná, esto es la esencia del carnaval "real" en transfusión de sangre emeritense. La Marara es una forma de ser de Mérida, inasequible al desaliento (por mucho que el jurado, que se la tiene jurada, se empeñe), graciosa hasta decir basta, ocurrente incluso con los sosones, decir Marara es exclamar ¡olé tus canciones! Y eso lo entiende todo el mundo (emeritense), empezando por trescientos ancianos en la calle Calvario.

La Marara da igual como quede porque siempre queda bien, fiel reflejo del carnaval real (otra cosa es el "oficial") y devota de la sonrisa estrepitosa que no hay "padel" ni "madel" que se les resista. El pariente (que rima con) lelo de Rafa Nadal sacó la bola ¡chuuuup...! y dio comienzo el cuplé de Evaristo No-da, rememorando las pistas de Lolino, los pisos patera de Daniel y las pelotas, o lo que sea, de Ascensión (echa vino al porrón).


La Marara en el Hogar del Pensionista de la calle Calvario de Mérida. A base de pelotazos creí que algún pensionista vestido de apache se nos iba, de purito ataque de risa ¡chuuup...! y evidenciando que las dudas de mi Jorge (¿estos nos entenderán?) se disolvían como los amoríos de Cayetana yo-no-sé-nada. Y así, entre saques y sacas saqué la conclusión de que lo mejor que le puede ocurrir al Carnaval (insisto: real) de Mérida es que siga estando la Marara, que es decir caranaval, con sus finales chirigoteros y sus letrillas pegadas al terreno, con sus señoras mararas y sus múltiples mararinos (bien, Alejandro), con su estilo barriocultero (de barriada culta) ¡chuuup...! y sus gaditanos requiebros. Decir Marara es decir ¡amén! y a ver de qué salen el carnaval que viene.



Rafael Angulo Sanchis.

jueves, 19 de febrero de 2009

Retazos de un carnaval.

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"La pinta es lo de menos"decía la canción, observese la mueca a lo Josemi del decorador (va en el tipo)... cómo se lo trabajan éstos muchachos.








postin mamá que papá es viajante...









menos mal que todavía hay sitio para el buen gusto en elegir un traje



... ellas son la alegria del carnaval...



















Hay que reconocer la maravillosa labor que hacen cada carnaval.




y que otros se encargan de estropear...






y no cantan tan bien como ellas.







Y otros cantarán, cantarán...






otros cantaron bajo la lluvia...

...seguiremos.




Mi querido Coti.

Giré en la Puerta de la Villa y ya iba bajando la calle Santa Eulalia cuando me encontré con mi amigo Cotidiano, el Isidra. Cotidiano y yo nos conocimos casi en pañales, de hecho casi lo vi nacer en el viejo hospital junto al Lusi, atendido por las monjas, pasamos toda nuestra infancia y juventud uno junto al otro. Nos apedreábamos en las cuatro esquinas, nos saltábamos a las “escuelas espúblicas” y jugábamos a las cinco chinas en las escalerilla, junto a la Rufa. La Rufina,… qué tiempos aquellos.

A Coti, así le llamo cuando no hay nadie delante ya que no le gusta porque le parece un nombre afeminado y él es muy macho. Como os decía a Coti siempre le comen las manías y con él te ríes porque a su lado te sientes de carne y hueso y descubres todas esas cosas que nos unen a los mortales, que a todos nos pasa pero no solemos comentarlas por rubor o porque damos por sentado que son así. Es como un Santos Mora pero más joven y arreglao sin changauras, pero con las mismas tontunas, no me los imagino a los dos en la misma ghirigota. Ahora que lo pienso sería un buen fichaje , habría que hablar con los cazurros y hacerles una contraoferta, como ahora se lleva tanto eso de los fichajes y de los cambios entra las comparsas…quién sabe, a lo mejor a la vejez viruela…El problema sería que tras el fichaje , los equipos médicos tendrían que dar el visto bueno y no se, no se…

Pero cuando Jorge, quiero decir Coti me cuenta esas tontunas me siento identificado y me río un rato. Ayer mismo al acabar el ensayo (es un primera fila de mi chirigota) me contaba una a una sus ocurrencias. Me decía , Andrews, porqué abro la boca cuando miro para arriba al techo, o un edificio, es más- con perdón- cuando me meto el dedo en la nariz ?

Yo no se porqué – pensé- aunque sí pensé sobre lo asiduamente que – de nuevo perdón- se mete el dedo en la nariz. Y , y, y también me pasa cuando me hecho el colirio en los ojos, abro la boca como si me estuvieran echando ácido sulfúrico, a qué se deberá es abriero de boca ?

Este Coti no tiene remedio, y al rato me dice, a ti, cada vez que ibas a Agudo y tu madre te quitaba los zapatos, y te quedaba en calcetines para probarte los nuevos zapatos que te habían sacado, no te daba vergüenza ? tu no escondías los pies ? a ti no te daba la impresión que tus pies iban a oler como a uno de la misma guardia republicana , del sexto batallón de la sexta flota del Ayatolá Homeini ?

Yo hacía lo posible por no decirle que también, y por no reírme, pero él seguía,….
Y cuando abres las cajas de medicamentos , dime una , dime una sola vez que no hayas abierto la caja y siempre aparece el prospecto doblado, siempre la abro por el sitio equivocado, si es que no falla, tú fíjate, ahí lo tienes, … cada vez que lo abre al revés, y ya que estás tiras de él y lees el prospecto. Esa es la principal causa de que en algún momento de nuestra vida leamos los prospectos, si no, ni de coña.

De los champuses a la hora All Braund de ir a baño ni hablamos. Empiezas a leer sulfato de magnesio con alcohol the water 30 % ,clhoridrato de sulfatamida, y otros excipientes en general, … eso cuando lees la composición, para cuando quieres llegar al “modo de empleo” ya has acabado. Y todos los días lo mismo, le coges tanto gusto que ya no puedes ir al baño sin ese bote de champú, cuando lo cambian y lo tiran, se te desregula el vientre. Y es que lo echas de menos, es como a tus niños, que poco a poco y como quién no quiere la cosa les empiezas a coger cariño… Este coti…

El año pasado fue su momento culmen, a la hora de interpretar a un decorador afeminado, hubo algunos que tuvimos que aguantarnos porque interpretaba el personaje a la perfección, su pelín de mala leche, su mijita de alcahueteo, en general cualquier tipo que se nos ocurra y antes de ponerlos en práctica los interpreta como él solo. Y en verdad como él solo porque a la mayoría después nos queda de un saborio que espanta y nos damos cuenta que en esto del carnaval y de la interpretación los demás sencillamente somos mortales, Cotidiano es de otro mundo.



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...para un gigante.1949

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