Realmente detrás de estas personas que desarrollan durante su vida una enfermedad que les afecta estéticamente, casi siempre encontramos una historia amarga y trágica, la de alguien que ya no volverá jamás a ser común. Una cara y un cuerpo en el que paradójicamenrte se inspiraría la fábrica de sueños , a partir de un sueño roto.
Así pudo ser la vida de Maurice, o quizás no..., quizás consiguió ser un hombre feliz a pesar de su aspecto, apesar de todo se rodeó de gente que realmente le quiso por quién era y no por cómo era.
Se sabe que sufrió rechazo en su Francia natal ,que no se sintió feliz entre los suyos. Todo esto le hizo abandonar Francia y comenzar una nueva vida en América. Pero no conseguiría culminar su sueño, ser actor. Solo encontró trabajo como luchador en espectáculos donde pudo llegar a lo más alto. Pero su sueño de ser actor no se hizo realizad, a pesar de tener un talento más tarde reconocido ya que estudió muchos idiomas , era inteligente y sobre todo considerado por sus amigos como una excelente persona. Sin duda alguna Maurice Tillet, al igual que tantas y tantas personas de estética llamativa fue un soñador de sueños rotos.
Si Toni Meléndez puede crear música maravillosa sin manos, porqué no Maurice podría haber sido un gran actor, no hay nada imposible, su tiempo y su entorno no se lo permitieron.
Os dejo con un relatorio sobre su vida, la vida de un soñador.
Seguro que donde esté habrá acariciado su sueño , aquél que no pudo alcanzar, aquél que se le rompió.
Seguro que donde esté habrá acariciado su sueño , aquél que no pudo alcanzar, aquél que se le rompió.
Algún día lo encontraré sonriendo, apoyado en el brocal del pozo de los gigantes.
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Nacido en Francia en 1910, Maurice Tillet vivió una infancia y adolescencia como las de cualquier otra persona. Por desgracia, a los 20 años desarrolló acromegalia, una enfermedad caracterizada por el desproporcionado (y continuo) crecimiento de los huesos, sobre todo del cráneo. Como consecuencia de ella, el joven Maurice desarrolló un tronco muy ancho, una mandíbula enorme y una gran cabezota que, combinada con una temprana calvicie, le valieron los insultos y abusos de quienes bían sido hasta entonces sus amigos y vecinos. De nada sirvió que el pobre Maurice fuera una persona tranquila, amistosa, muy culta e inteligente (llegó a dominar 14 idiomas a lo largo de su vida).
Harto de la situación en la que vivía, se despidió de su país natal y decidió comenzar una nueva vida en EEUU. Allí su enfermedad le resultó sorprendentemente útil: El amplio torso que le había legado le dio también mucha fuerza, que usó para hacer carrera en el mundo de la lucha libre bajo el nombre artístico de "El Ángel Francés", si bien el público tardó poco en rebautizarlo como "El monstruoso ogro del ring". De esta manera fue escalando puestos hasta que el 1 de agosto de 1944 le partió los morros al mítico luchador irlandés Steve "Crusher" Casey y le arrebató el Campeonato Mundial.
Probablemente satisfecho con lo logrado, Tillet no quiso ambicionar más y poco después dejó la lucha, se recluyó y llevó una vida discreta. Su cara seguía creciendo y apenas tenía amigos, aunque los pocos lo fueron de verdad y hasta el final. El mejor de todos fue el empresario Patrick Kelly, de Massachusetts, a quien visitaba a menudo en su casa, donde ambos jugaban al ajedrez durante horas.
En 1950 el Museo Internacional de Cirugía de Chicago realizó un busto de Tillet a tamañ natural, que todavía se conserva. Para entonces el ex-luchador francés ya se encontraba bastante envejecido y debilitado por su enfermedad. Murió en 1955, con cuarenta y pocos años. Poco antes de morir, dió su permiso para que le hicieran tres máscaras mortuorias, una de las cuales se encuentra en el pasillo de la fama de la ciudad de York, en Pennsylvania. Se dice que esta máscara sirvió de inspiración a los artistas de Dreamworks para crear el rostro de Shrek.
Irónicamete, aunque DreamWorks nunca lo reconoció oficialmente, es sabido en la industria que cuando fue aceptado el cuento de William Steig como base del argumento, solo faltaba darle forma al ogro. Este debía ser “como un hombre común y corriente, solo sobreproporcionado, de mirada cálida y sonrisa amigable”. DreamWorks encontraría estás características en otro hombre, cuyo sueño en el pasado había sido ser actor pero cuyas características físicas se lo impidieron.